martes, febrero 05, 2008

Un árbol de noche

Truman Capote


Sandpipers - Sally Swatland



Fue poco después de esto cuando Miss Bobbit vino a visitarnos. Llegó un domingo; yo estaba solo en casa porque la familia había ido a la iglesia.

-Los olores de la iglesia son tan desagradables -dijo, inclinándose con las manos recogidas delicadamente-.

No vaya a creer que soy pagana, Mr. C.; he tenido suficientes experiencias para saber que hay un Dios y que hay un diablo; pero al diablo no se le amansa yendo a la iglesia a que nos digan lo pecador, estúpido y malvado que es. No, hay que amar al diablo como se ama a Jesús; es muy poderoso y si uno confía en él te devuelve el favor. Ya me ha hecho algunos, en la escuela de baile en Memphis... siempre le pido al diablo que me consiga el primer papel en la función anual. Es puro sentido común; Jesús no se molestaría en ayudarme en un baile. Por cierto, hace poco invoqué al diablo; no es que yo considere que vivo aquí, no exactamente, siempre pienso en otro sitio, en un sitio donde no hay más que el baile, donde toda la gente baila por la calle y todo es tan hermoso como los niños en sus compleaños. Mi adorable papá dijo que yo vivía en las nubes, pero si él hubiera vivido más en las nubes ya sería tan rico como quería ser. El problema de mi papá era que no amaba al diablo, dejaba que el diablo le amara a él. Pero yo lo tengo muy claro; sé que con frecuencia la segunda opción resulta ser la mejor. Para nosotros la segunda opción era mudarnos a este pueblo, y como aquí no puedo empezar mi carrera, la segunda opción para mí es iniciar un negocio paralelo. Y eso acabo de hacer. Soy agente exclusiva de suscripción del más impresionante catálogo de revistas, incluyendo Reader´s Digest, Popular Mechanics, Dime Detective y Child´s life. Para ser sincera, Mr. C., no he venido aquí a venderle nada. Sucede que tengo una idea; se me ha ocurrido que esos dos chicos que no salen de aquí... después de todo son hombres, ¿no?... ¿cree que podrían ser mis ayudantes?

Billy Bob y Preacher trabajaron de firme para Miss Bobbit, y también para la Hermana Rosalba, representante de una línea de cosméticos llamada Gota de rocío. El trabajo consistía en repartir las compras a los clientes. Por la noche Billy Bob estaba tan cansado que apenas si podía masticar la cena. Tía El decía que era una vergüenza y una lástima, y finalmente un día en que Billy Bob regresó con media insolación dijo, se acabó, Billy Bob no volverá a trabajar con Miss Bobbit. Pero Billy Bob empezó a insultarla y no paró hasta que su papá lo encerró en su cuarto y él dijo que se iba a suicidar. Una cocinera que tuvimos le había dicho que un plato de col revuelta con melaza era tan mortal como un disparo. Y eso fue lo que comió. Me muero, decía, revolviéndose a un lado y otro de la cama, me muero y a nadie le importa.

Miss Bobbit fue a verlo y le dijo que se estuviera quieto.

-No te pasa nada, muchacho. No tienes más que un dolor de estómago.

Entonces hizo algo que alarmó a tía El: le levantó las mantas a Billy Bob y le dio una friega de alcohol de pies a cabeza. Cuando tía El le dijo que no creía que fuera una cosa apropiada para una muchachita, respondió:

- No sé si es apropiada o no, pero sin duda es muy refrescante.

(De "Niños en sus cumpleaños")

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John Williams - The feather
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